2.3 INGLÉS MODERNO. 
				 
				2.3.1 Etapa clásica  
				 
				A comienzos de este periodo, iniciado en el 1500, tiene lugar un 
				aumento del léxico, tanto por la difusión del idioma como por 
				los préstamos que recibe de otras lenguas con las que entra en 
				contacto. El renacimiento resucita el interés por el griego y el 
				latín, de donde se toman numerosos términos, como por ejemplo 
				drama, enigma o clima. Poco después son los viajeros y 
				comerciantes los que traen nuevos términos a la lengua: por 
				ejemplo, del italiano se toman stanza y violin, y del portugués 
				y del español proceden alligator y sombrero. 
				 
				Entre los siglos XVII y XVIII tienen lugar los cambios 
				gramaticales más importantes. Se introduce el pronombre its que 
				sustituye al genitivo his, única forma que emplean los 
				traductores de la Biblia (1611) del rey Jacobo I. A partir del 
				empleo del participio, como si fuera un nombre, precedido de la 
				preposición on, surgen los tiempos progresivos; poco a poco la 
				preposición se sustituye y después desaparece. Hoy se emplea 
				únicamente la forma terminada en -ing. A partir del siglo XVIII 
				el proceso culmina con la creación de las formas pasivas 
				progresivas del tipo: the job is being done (‘el trabajo se está 
				llevando a cabo’), donde el interés sintáctico y el pragmático 
				está centrado en el resultado de la acción y no en el agente que 
				la realiza.  
				 
				El mayor desarrollo y difusión de la lengua se inicia en el 
				siglo XIX y continúa sin interrupción. Se incorporan al inglés 
				numerosas palabras como consecuencia de la expansión colonial 
				británica. Así, son americanismos, canoe, raccoon, wigwam, 
				llama, quinine y potato, entre otras muchas ('canoa', 'mapuche', 
				'tienda de campaña', 'llama', 'quinina' y 'patata'); 
				africanismos, chimpanzee y zebra; proceden de la India, bandanna, 
				curry y punch; y de Australia, kangaroo y boomerang. 
				 
				2.3.2 El inglés del siglo XX  
				 
				En el siglo XX los hablantes cultos del Reino Unido pronuncian 
				de acuerdo con lo que se llama pronunciación admitida (recieved 
				pronunciation). La norma culta es la de los internados privados, 
				las viejas universidades de Oxford y Cambridge, y caracteriza la 
				pronunciación de la BBC, aunque cada vez se acepta mejor la 
				pronunciación dialectal de sus locutores. No hay Academia de la 
				lengua que fije las normas escrita o hablada del idioma. Es una 
				lengua que ha pasado de la síntesis al análisis, de la 
				declinación y la flexión al orden sintáctico, de las desinencias 
				a las raíces, y estructuralmente es casi monosilábica, excepto 
				en los términos científicos derivados de las raíces griegas y 
				latinas.  
				 
				Dada su enorme difusión presenta variedades dialectales con 
				rango de lenguas nacionales. Restringidos al ámbito europeo, hay 
				que señalar el dialecto irlandés, que mantiene ciertas 
				peculiaridades en la pronunciación, la sintaxis (como el empleo 
				de after detrás de las formas del verbo to be), algunos 
				arcaísmos en el vocabulario (como adown en lugar de dawn) y 
				palabras de origen celta. El dialecto escocés de las Tierras 
				Bajas, también llamado lallans, se dio a conocer al mundo por 
				primera vez a través de las baladas del poeta Robert Burns. 
				Contiene algunas diferencias en la pronunciación de las vocales 
				y palabras de origen escandinavo como señas de identidad.  
				 
				Una situación especial es la que ofrece el inglés australiano, 
				por su marcada diptongación de las vocales, y las diferencias en 
				el uso de determinadas palabras que son fruto de la interacción 
				de los pueblos indígenas y sus colonizadores.  
				 
				 
				 
				3-. EL INGLÉS AMERICANO  
				 
				Noah Webster La obra de Noah Webster, An American Dictionary of 
				the English Language (1828), fue el diccionario más amplio y con 
				mayor cantidad de vocablos de su tiempo. Fue también el primer 
				diccionario que diferenció el uso estadounidense del 
				inglés.Culver Pictures  
				 
				Gracias a la colonización británica de algunas zonas de América 
				del Norte y a la expansión territorial en el siglo XIX, tuvo 
				lugar la evolución del inglés americano, que abarca las 
				variedades habladas en Canadá y Estados Unidos. El inglés 
				hablado en Canadá presenta ciertos rasgos en la pronunciación 
				(como la conversión de la t- en posición implosiva como una 
				africada alveolar sorda, muy próxima a la ch del español). La 
				norma escrita suele ser rígida desde el punto de vista 
				morfológico y sintáctico, y es más tolerante con los 
				neologismos. Entre las primeras personas que señalaron las 
				diferencias que existían entre el inglés británico y el 
				estadounidense se encuentra el lexicógrafo Noah Webster. Su 
				Diccionario americano de la lengua inglesa (1828) señaló tales 
				diferencias al incluir muchos neologismos americanos, así como 
				el americanismo en la significación y el uso de las palabras 
				antiguas, los cambios en la pronunciación y la reforma que 
				propuso en la ortografía (-er en lugar de -re, -or en lugar de -our, 
				check en lugar de cheque). A pesar de lo dicho, es difícil 
				decidir si una obra impresa —sin tener en cuenta el contexto— ha 
				sido escrita en Gran Bretaña, Estados Unidos o Canadá, y otro 
				tanto pudiera decirse de Australia, Nueva Zelanda o Suráfrica.
				 
				 
				3.1 Evolución del inglés americano  
				 
				En el siglo XVIII los estudiosos ingleses observaron la "pasmosa 
				uniformidad" de la lengua que se hablaba en las colonias, 
				excepción hecha del habla de los esclavos. Sin embargo, 
				calificaron de subvariedades del inglés lo que hablaban los 
				indios norteamericanos y los demás grupos no británicos. La 
				razón estriba en que los primeros colonos no pertenecían a 
				grupos regionales sino sociales, que procedían de cualquier 
				parte de Inglaterra, de ahí que no hubiera ningún dialecto 
				británico dominante.  
				 
				3.2 Variedades dialectales  
				 
				Los estudios anteriores a 1940 distinguían tres grandes 
				dialectos, con varias subdivisiones cada uno. El septentrional, 
				localizado en Nueva Inglaterra y el estado de Nueva York, cuyo 
				exponente más conocido es el neoyorquino, de la ciudad que le da 
				nombre. Es característico en él la pérdida de la r intervocálica 
				o en posición interior, así como la relajación de la aspiración 
				de la h. También está el llamado dialecto Midland, que se 
				utiliza a lo largo de la costa, desde Nueva Jersey a Delaware, 
				con un sinfín de subdialectos, como el del área de Ohio, el 
				occidental de Virginia y el oriental de Kentucky y Tennessee. 
				Por último, el dialecto sureño, que se habla desde Delaware 
				hasta Carolina del Sur. En la actualidad, el uso que de la 
				lengua hacen las emisoras de radio y los canales de televisión 
				ha provocado la crítica de los dialectólogos, defensores de la 
				riqueza y la diversidad del idioma. Pero las variedades 
				dialectales no se han eliminado por ningún procedimiento: el 
				dialecto de Midland mantiene la r final y las personas cultas 
				del sur siguen sin distinguir pen de pin. 
				 
				3.3 El inglés de la minoría negra  
				 
				Una de las razones por las que algunos lingüistas defienden que 
				el inglés de la población negra es una lengua y no una variedad 
				dialectal es que en todas las regiones se da la misma fonética, 
				sintaxis y léxico, y no hay diferencias entre grupos de 
				población negra urbanos o rurales. Hasta el siglo XIX la 
				población de origen afroamericano empleaba una especie de lengua 
				criolla. Pero con la desaparición de la esclavitud y la 
				consiguiente escolarización de la población, se ha ido 
				incorporando a la norma general de la lengua hablada, aunque en 
				los círculos no cultos aún existen marcadas diferencias léxicas 
				e incluso sintácticas. Buen ejemplo de ello es la forma del 
				pasado que emplea el participio been como auxiliar antes del 
				participio del verbo que se conjuga: she been said that (‘ha 
				dicho que’). De cualquier forma este grupo de población es 
				responsable de la introducción de todo un vocabulario, sobre 
				todo urbano, en la norma nacional, a la que pertenece un modismo 
				de empleo universal O.K., que al parecer tiene un origen 
				africano, así como muchos términos específicos del léxico del 
				jazz.  
				 
				3.4 El formalismo gramatical  
				 
				Es su rasgo más preciado aunque posea un aspecto negativo, el 
				empleo de formas verbales incorrectas. Es mayor la rigidez de la 
				norma escrita en América que en Gran Bretaña; en parte, esto se 
				debe al gran número de emigrantes que adoptan el inglés como 
				segunda lengua y lo aprenden de forma rígida en las escuelas, o 
				bien no quieren desviarse para no ser tachados de advenedizos, 
				porque el uso “correcto” indica una determinada situación 
				social. Mucha gente que emplea el inglés normativo en el mundo 
				del trabajo en cualquier parte del país, actúa de forma 
				diferente en privado. Sin embargo, en la escritura el uso 
				normativo está mucho más generalizado y se emplea incluso 
				locuciones en latín para dirigirse a los amigos. 
				 
				3.5 Variaciones léxicas  
				 
				A finales del siglo XIX y principios del XX estudiar el inglés 
				estadounidense quedaba reducido a identificar los americanismos 
				y proporcionar las etimologías correspondientes: préstamos de 
				las lenguas indígenas americanas (mugwump 'dirigente político', 
				caucus 'asamblea que elige a un candidato o jefe político'); 
				palabras que se mantienen después de que las ha perdido el 
				inglés británico (bug que significa el genérico 'insecto' y no 
				chinche que es el valor del término en Gran Bretaña); palabras 
				que han adquirido un significado diferente en el Nuevo Mundo. 
				Hay una amplia lista de americanismos (elevator 'elevador o 
				ascensor', truck 'camión', hood 'capó del coche', windshield 
				'parabrisas' garbage collector 'barrendero') que se diferencian 
				de sus equivalentes británicos (lift, lorry, bonnet of a car, 
				windscreen, dustman). Tales diferencias se mantienen en la 
				actualidad, pero gracias a las comunicaciones y los medios de 
				difusión actuales no hay hablante del inglés a un lado y otro 
				del Atlántico que no pueda entender los usos y los significados 
				de esos términos sin ningún problema. 
				 
				 
				 
				4-. EL LLAMADO INGLÉS BÁSICO  
				 
				A finales de la década de 1920 los británicos Odgen y Richards, 
				psicólogo y pedagogo respectivamente, publicaron una 
				simplificación del inglés a la que denominaron inglés básico. Se 
				utiliza sobre todo en la enseñanza del idioma como segunda 
				lengua, con el fin de convertir el inglés en la lengua 
				internacional. Donde encuentra mayores dificultades es en la 
				escritura.  
				 
				El inglés básico se fundamenta en una idea bastante compleja, la 
				de limitarse a las unidades básicas del pensamiento y 
				expresarlas claramente con el léxico limitado del lenguaje 
				cotidiano. Contiene 850 palabras básicas, que incluyen 600 
				nombres (de cosas y sucesos), 150 adjetivos y 100 palabras 
				operadores, es decir, preposiciones y verbos. Los términos 
				empleados son comunes a todos los países anglohablantes. Trata 
				de no contener sinónimos, operar con los verbos básicos, que se 
				combinan con las preposiciones para matizar su significado.  
				 
				 
				 
				5-. EL FUTURO DEL IDIOMA  
				 
				La influencia de los medios de comunicación de masas parece 
				influir en una mayor uniformidad en la pronunciación, la 
				escritura, e incluso cierto intento por ajustar mejor la 
				escritura a la fonética. Sin embargo, frente a este deseo 
				voluntarista por normalizar el idioma, lo único permanente es su 
				tendencia a crecer y cambiar. Continuamente se acuñan 
				neologismos, y el uso modifica el significado de los términos 
				para expresar nuevos conceptos. El intercambio con el inglés 
				americano enriquece al británico y se está convirtiendo en la 
				lengua internacional más importante. 
				 
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