1-. INTRODUCCIÓN
Lengua inglesa, idioma y principal sistema de comunicación del
Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda,
Suráfrica y otros países de influencia británica, donde lo
entienden y hablan la gran mayoría de sus habitantes.
El inglés pertenece al grupo anglo-frisón, que a su vez está
incluido en la rama occidental de las lenguas germánicas, una
subfamilia de las lenguas indoeuropeas. Está relacionado con la
lengua frisia, algo menos con el neerlandés y con ciertos
dialectos del bajo alemán, y mantiene vinculación con el moderno
alto alemán.
2-. HISTORIA DE LA LENGUA
En la evolución del inglés se reconocen tres etapas
fundamentales: el inglés antiguo, también conocido por
anglosajón, fechado entre el año 449 y el 1066 o 1100; el inglés
medio, que abarca el periodo de tiempo comprendido entre los
años 1066 o 1100 hasta el 1500; y el moderno, con dos etapas, la
clásica, desde el 1500 hasta el 1660, y la contemporánea, desde
el 1660 hasta nuestros días.
2.1 Inglés antiguo
Es una variante del germánico occidental, lengua que llevaron a
la isla, en torno al año 449, los invasores jutos, anglos y
sajones. A partir de entonces, esta nación, que había estado
romanizada y pertenecía al ámbito de la cultura de los celtas
(sobre todo la de los bretones), pasó a ser dominada por unos
invasores que trajeron una lengua y una cultura denominada
anglosajona. Se desarrolló una variante de esta lengua en la que
cabe rastrear varios dialectos: el que hablaban los jutos, el
sajón occidental que hablaban los sajones y las diversas
variedades de los anglos. En el siglo IX el sajón occidental era
la lengua de mayor difusión en la prosa escrita, gracias al rey
Alfredo el Grande, primer legislador de Inglaterra. Se
tradujeron del latín las obras de san Agustín, san Gregorio y de
Beda el Venerable. Sin embargo, el dialecto de los anglos fue la
lengua en que se escribió el poema épico Beowulf, así como una
poesía elegíaca que tuvo cierto interés.
La lengua que se fue configurando como idioma nacional sufrió la
influencia del latín en dos momentos distintos: el primero, por
el contacto con el Imperio romano; el segundo, con la llegada y
la evangelización de san Agustín, hasta el siglo XI. De esta
época proceden las palabras relacionadas con la terminología
religiosa, como altar, priest, psalm ('altar', 'sacerdote',
'salmo', respectivamente).
Como consecuencia de las invasiones vikingas a partir del siglo
VIII, la lengua sufrió la influencia del nórdico antiguo. A este
hecho se deben una serie de palabras relacionadas con el mar y
la navegación, y otras relativas a la organización social, como
law, take, cut, both ('ley', 'tomar', 'cortar', 'ambos') y are,
forma conjugada del verbo to be.
El inglés antiguo era una lengua con mayor grado de flexión que
el actual y por eso el orden de las palabras en la oración era
más libre. Poseía un número dual para los pronombres personales,
cuatro declinaciones para los nombres y dos para los adjetivos,
así como variación de género. La conjugación verbal sólo poseía
dos tiempos: el presente, que también adquiría el valor de
presente profuturo, y el pasado. Era una lengua flexible para la
composición de palabras porque su léxico era limitado y, junto
al procedimiento morfológico para la creación de neologismos,
adoptó y tomó numerosos préstamos de las lenguas con las que
convivía y se relacionaba. Por ello es notoria la influencia del
sustrato celta, aunque la investigación cifra en un 10% los
nombres comunes de este origen. Otros restos celtas se cree que
han llegado procedentes del galés, gaélico-escocés o escocés.
2.2 Inglés medio
Se suele fechar a partir de la conquista normanda en el 1066. Al
final del periodo, la lengua, que empezó siendo flexiva y con
declinación, pasó a estar determinada por el orden sintáctico.
Hacia el 1200 las tres o cuatro terminaciones del nombre en
singular se habían reducido a dos; la indicación del plural era
la terminación -es. De las cuatro declinaciones del nombre se
borra la -n final de cinco casos y la declinación se simplifica.
Todas las vocales finales se neutralizan en -e. Los plurales
masculinos de nominativo y acusativo se hacen en -as, que
después se convertirán en -es. La única forma de plural antiguo
que pervive en la lengua moderna es la de la palabra ox que hace
oxen. También son restos del estadio antiguo los cambios
vocálicos de las palabras man, men ('hombre', 'hombres') y foot,
feet ('pie', 'pies').
Durante este periodo desaparecen el género, el dual, y la
declinación de los pronombres en dativo y acusativo toma una
forma única. Para evitar confusiones, se adoptan los pronombres
del escandinavo they, them, y adquieren valor de relativo las
formas who, which y that. En la conjugación desaparecen las
terminaciones y se emplea una única forma para el singular y el
plural en el pasado de los verbos llamados fuertes (equivalente
a los irregulares del español).
A comienzos de este periodo tiene lugar la entrada en la lengua
de muchas palabras de la vida cotidiana que proceden del
escandinavo o nórdico, como egg, sky, sister, window ('huevo',
'cielo', 'hermana', 'ventana'). Los normandos, cuyas clases
cultas hablaban francés, también aportaron alrededor de unas
novecientas palabras al anglosajón, como por ejemplo baron y
noble, términos que las clases populares desconocían y debían
usar en su trato con los nuevos señores. Aunque algunos nobles y
el clero aprendían inglés, también introdujeron palabras
francesas relacionadas con el gobierno, la iglesia, el ejército,
los modales cortesanos, y otras que se referían a las artes, la
enseñanza y la medicina.
En el siglo XIV adquiere verdadero prestigio la lengua de los
anglos, en cuyas ciudades surgen las universidades y se
desarrolla una próspera vida económica y cortesana. Es la zona
conocida por Midland, cuyo centro es Londres, su influencia se
extiende al sur del Támesis en Kent y Surrey. Queda consagrado
su uso en las obras de Geoffrey Chaucer, John Gower y John
Lydgate, y por la labor tipográfica que en esta lengua realizó
el impresor William Caxton.
Como muestra de los dialectos del normando que han pervivido
desde entonces hay que reseñar el escocés, idioma de las Tierras
Bajas o Lowlands de Escocia.
2.2.1 Cambio del sistema vocálico
La transición del inglés medio al moderno viene marcada por una
rigurosa evolución fonética en la pronunciación de las vocales,
hecho que ocurrió entre los siglos XV y XVI. El lingüista danés
Otto Jespersen lo ha denominado la gran mutación vocálica;
consistió en alterar la articulación de las vocales en relación
con las posiciones de los labios y la lengua, que por lo general
se elevó en un grado. Este hecho supuso que, de las 20 vocales
que tenía el inglés medio, cambiaran 18. La escritura permaneció
inalterable a consecuencia de la aparición de la imprenta. Hasta
entonces el inglés medio poseía una escritura más fonética;
todas las consonantes se pronunciaban, mientras que hoy hay
muchas consonantes mudas como la l de walking.
El cambio se inició en el siglo XV, cuando todas las vocales
largas se pronunciaron con un grado mayor de elevación de la
lengua y oclusión de la boca. Las vocales que no eran
susceptibles de esa mutación se diptongaron, por eso el fonema
/i/ puede ser algo así como ee en need o ea, como en meant; el
fonema /u/ es oo como en food. La mutación, que continúa, es la
causa de que las vocales en inglés se pronuncien de forma
diferente a las demás lenguas europeas occidentales. En función
de la pronunciación que reciben las palabras préstamos de otras
lenguas, es posible fechar la época en que se introdujeron en la
lengua. Por ejemplo, se sabe que el galicismo dame, ('señora')
entró antes de la mutación porque la a se pronuncia /e:/. Al
parecer, este hecho se debe al cruce de dos sistemas
articulatorios, el de los franco-normandos y el de los
anglosajones.
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